Escribir para todas las personas

Cuando creamos un texto muchas veces no pensamos en la diversidad de las personas que van a consumir ese contenido y las diferentes capacidades que puedan tener, como el nivel de lectura o si necesitan utilizar herramientas de apoyo.

Desde la Unidad Responsable de Accesibilidad, integrada en el SIPT (Servicio de Innovación y Planificación Tecnológica), te acercamos algunos consejos para escribir de forma más accesible, implicarte a nivel social o simplemente poder llegar a más personas:

• Siglas, acrónimos y abreviaturas. Una buena práctica es explicarlas en un primer uso y posteriormente utilizar la forma corta, como por ejemplo “UMH (Universidad Miguel Hernández de Elche)” y luego usar solo “UMH” en el resto del documento.

• Lectura fácil. Siempre que sea posible, podemos utilizar un estilo de escritura que facilite la comprensión, independientemente del nivel académico de las personas destinatarias. Esto se puede conseguir empleando un lenguaje sencillo, evitando conceptos abstractos y técnicos, incluyendo una sola idea principal en cada oración y otras recomendaciones que puedes ampliar en este recurso de Plena Inclusión.

• Legibilidad. Es importante prestar atención a la tipografía y la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles), por ejemplo, sugiere el uso de Arial o Verdana, evitando itálicas, oblicuas o condensadas. También se recomienda usar una combinación de colores que tengan un ratio de contraste accesible (el negro sobre blanco nunca falla) y no escribir oraciones completas en mayúsculas ni justificar los párrafos a ambos lados, ya que dificulta la lectura. Además, contemplar un espaciado amplio entre líneas y párrafos también es una buena práctica.

• Emojis. Intenta insertar solo un emoticono para expresar un concepto, ya que los lectores de pantalla anuncian el nombre completo del emoji. Imagina que vas conduciendo, recibes un mensaje como “Fue muy divertido  ” y le pides al asistente que lo lea en voz alta. Lo que vas a escuchar es “Fue muy divertido. Cara llorando de risa. Cara llorando de risa. Cara llorando de risa”, que sería la misma experiencia que tendría una persona con discapacidad visual, al anunciarle este mensaje su lector de pantalla.

Este último es un buen ejemplo para destacar, una vez más, que la accesibilidad beneficia a todas las personas, no solo a aquellas que viven con alguna discapacidad.

Gracias por haber llegado hasta aquí leyendo y por tu implicación con la accesibilidad digital